LA APOLOGIA
La apología es la defensa de Sócrates al saber que lo acusaban de corromper a los jóvenes por el hecho de utilizar métodos diferentes a los demás, pero Sócrates sabia que eso no era malo pero los demás no lo veían de la misma forma.
El dialogo de la apología comienza cuando Sócrates pregunta al oráculo quien es el hombre más sabio y el oráculo contesta que “Sócrates”, el queda confundido y no creía que él fuera el más sabio y por ello el comienza a visitar a todas las personas que se creían sabias, pero se da cuenta que ninguna de esas personas era sabia como presumían ya que no sabían todo sino que solo sabían una pequeña parte, pero aun cuando Sócrates ya había visitado a todos los que se creían muy inteligentes el no creía que fuera el hombre más sabio, y siguió buscando y dio con Anito, Melito y Licon pero ellos también presumían su sabiduría y por ello también se descartaba de que fueran sabios.
El principal acusador de Sócrates fue Melito, sin descartar a Anito y Licón, estos querían que Sócrates fuera sentenciado a muerte y lo lograron, pero para poder salvar a Sócrates de la muerte le pusieron la condición de que debería dejar de filosofar; Sócrates, sin lugar a duda no lo acepto, el prefirió la muerte y a diferencia de los demás, el no le temía a la muerte.
Sócrates sostenía que no se debe temerle a la muerte porque no la conocemos, la mayoría pensamos que la muerte es la peor de todos los males y Sócrates por el contrario decía “Tal vez la muerte es una bendición” pues él pensaba que de esta manera se encontraría con los más grandes de la historia.
Otro punto por el cual acusaban a Sócrates era porque según él no creía en los dioses, y decían que creía en los demonios, pero después de cuestionar a Melito se llega a la conclusión de que Sócrates si creía en los dioses porque los demonios eran los hijos no reconocidos de los dioses y por consiguiente creía en los dioses.
Al sentenciar a Sócrates, este habla con los atenienses y les pide que torturen a sus hijos si no buscan la verdad.
Sócrates, para impedir su muerte pudo haber persuadido a los de la corte pero no lo hizo porque no quería humillarse delante de ellos.
(ROSEL, ARIADNA, MILDRED)